Marca personal

Marca personal (12)

Francis Albert Sinatra (Estados Unidos, 1935-1998), ganador de cuanto premio importante hubo mientras vivió (Globos de Oro, Premios Óscar, Grammys, entre muchos otros), es el titular de una de mis marcas personales favoritas.

Hijo de inmigrantes italianos, tuvo por madre a una señora que, además de ser activista del partido demócrata, cumplía unas funciones equivalentes a las de La Celestina (la obra que yo sigo pensando que sí escribió Fernando de Rojas, aunque muchos digan que no); y, por padre, a un bombero que en las noches atendía su propia taberna.

Sea que estés a punto de asumir una nueva posición dentro de la compañía en la que trabajas actualmente o que estés buscando un nuevo empleo, es indispensable hacer un ajuste a tu Marca Personal. ¿La razón? simple: sin importar cuál sea el motivo del cambio, lo cierto es que necesitas comenzar a impactar en personas distintas a esas con las que te relacionabas habitualmente. Ten en cuenta que es verdad que tu antigua Marca Personal, si bien te trajo hasta este punto, ya hizo todo lo que podía hacer por ti. Es agotador (tanto para ti como para quienes te rodean) seguir tratando de vender el mismo cuento de siempre.

Las celebraciones empresariales de fin de año son un escenario especialmente fecundo para la ruina de la Marca Personal cuando los asistentes, cayendo en un exceso de inocencia, creen que, en efecto, se trata de una “fiesta” y deciden relajarse y desinhibirse en todos los aspectos: su comportamiento, su actitud profesional y, cómo no, su atuendo.

A continuación analizaremos las pautas más importantes para salir con vida de esos festejos o, dicho en otras palabras, para asistir a los eventos empresariales con alegría, con naturalidad y sin arriesgar el puesto:

LinkedIn, la plataforma profesional más importante del mundo, con 500 millones de usuarios y en la cual circulan a diario más de 2 millones de publicaciones, me hizo el grandísimo honor de distinguirme como “Latin America TopVoice”, como una de las 12 voces más influyentes de América Latina.

En el marco de ExMa Bogotá 2018 tuve el gusto de conversar con Xavier Serbiá en entrevista para CNN Dinero a propósito de nuestra marca personal: qué es lo que importa y cómo comenzar a gestionarla adecuadamente.

Jueves, 05 Octubre 2017 14:34

James Bond o la marca del deseo

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A diferencia de lo que ocurre con los superhéroes, el personaje de James Bond engancha porque uno (tiernamente incauto) cree que puede ser como él. Nada de visión láser, capa para volar ni telarañas que se disparan mágicamente al apretarse las muñecas. Nada: lo de Bond es el estilo, la discreción y el corazón ardiente pero escurridizo.

Quienes están desarrollando su vida profesional en el mundo corporativo se enfrentan una y otra vez al desafío de tener que ser elegidos en medio de miles de excelentes opciones que se presentan todo el tiempo para ocupar cada vacante que se anuncia. Bien sea que quieras ser contratado por primera vez en una compañía o lograr la promoción en la que has estado trabajando, el objetivo es el mismo: se trata de persuadir al interlocutor de que tiene frente a sí a la mejor opción posible para desempeñar ese cargo.

Tanto en el mercadeo como en las relaciones interpersonales se me figura cada vez más y más cierto que la pasión es un arma de doble filo. Si no, preguntemos a un vendedor exitoso y a un hombre que haya pretendido sin éxito a una mujer en dónde estuvo la razón de su victoria o de su fracaso. Dos caras de la misma moneda: la pasión es una forma de energía que atrae o que repele irreversiblemente a alguien que esté a punto de tomar una decisión.

Acaba de cumplir 40. Actor, británico, rubio apacible: un verdadero ícono contemporáneo del encanto.

Jude Law es otra de mis marcas personales preferidas por el recuerdo tan fuerte que deja cada vez que aparece en escena y por el impacto sobrecogedor que causa cuando una foto suya se cruza al pasar las hojas de una revista. Al verlo dan ganas de jugar a ser, al menos por un rato, como él. 

Todos los seres humanos tenemos (en público o en secreto; en mayor o menor grado) la aspiración de gustar; o, cuando menos, de encajar dentro de los requisitos del gustode alguien o de un grupo de personas o de un segmento de la sociedad.

(Mi palabra preferida para esa intención de gustar es enganchar porque me parece estruendosamente descriptiva. Esa es la que vamos a usar en lo que sigue).

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