Soñar podría cambiar su vida. Soñar cambió la vida de mi abuelito, por ejemplo, que nació en un entorno muy complicado pero soñó que era posible tener una vida mejor y acabó teniendo una historia hermosísima; una historia especialmente repleta de amor. Este mensaje va como un modesto homenaje a mi abuelito Rosendo, a quien quise mucho, quien me quiso muchísimo y cuya ausencia ha dejado un hueco tan enorme como si hubiera caído un meteorito en la mitad de la sala de su casa en Bucaramanga.
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Por: Sylvia Ramírez
Conferenciante Internacional de Felicidad, Liderazgo y Marca Personal
En redes: @SylviaNetwork