Manifiesto de Felicidad, Editorial Planeta, Sello Paidós Empresa, 2020.
"Si usted realmente quisiera ser feliz, ¿qué tendría que hacer distinto?
En la mayoría de los casos uno sabe o por lo menos intuye qué tendría que hacer. A menudo la solución está en ajustar cuestiones relativamente sencillas del día a día para descubrir que la felicidad es una decisión, a pesar de la rutina, la prisa, la presión o el estrés.
Con frecuencia las respuestas para ser feliz están más cerca de lo que cualquiera pensaría. Este Manifiesto de Felicidad se compone de ocho declaraciones de liderazgo personal que, sin pretender ser una revelación definitiva, sí prometen llevar al lector a hacerse mejores preguntas y disolver las interferencias mentales que lo alejan de su propósito esencial de vivir como un ser humano feliz. La intención central del Manifiesto es ofrecer herramientas para decidir mejor y tener siempre su propia felicidad como el centro de su existencia; para que cada lector aprenda a gestionar su felicidad y sepa cómo defenderla".
Texto de la contracubierta del Manifiesto de Felicidad, Editorial Planeta, sello Paidós Empresa, 2020.
¿Dónde conseguir el Manifiesto impreso? (físico, paperback)
Colombia: disponible en todas las librerías del país. Ver por ejemplo:
¿Dónde conseguir el Manifiesto en e-book? (libro electrónico, versión para Kindle, etc.)
Desde cualquier lugar del mundo:
Apple Books: click aquí
Kindle (Amazon): click aquí
Google Play: click aquí
BajaLibros: click aquí
Casa del Libro: click aquí
Testimonios sobre Sylvia y el Manifiesto de Felicidad:
"Sylvia es una en un millón: es una conferenciante, escritora y pensadora optimista, que eleva el ánimo. Todos necesitamos una dosis de su Manifiesto de Felicidad en estos tiempos desafiantes. No la pierdan de vista".
Kevin Roberts, Ex CEO global Saatchi & Saatchi, Ex CEO Pepsi-Cola Oriente Medio y Canadá, Autor del bestseller Lovemarks
"Sylvia tiene el poder de tocar los corazones más duros y activar cambios de comportamiento. Su escritura, de fácil comprensión, muy contemporánea al ambiente actual del trabajo, provoca profundos análisis personales. Aprendí con ella que la felicidad no es algo imposible, sino un constante estado de espíritu en la vida personal y profesional. Aprendí también que el desarrollo de la marca personal es clave para tener felicidad en el trabajo: un proceso de creación, de autoconocimiento, y también comportamental. Definitivamente, Sylvia Ramírez es para leer y releer siempre que se necesite".
Alan Siega, Gerente Financiero para América Latina, The Hershey Company
"Sylvia tiene un gran carácter, un profundo conocimiento y una personalidad totalmente auténtica, que sumados a su asombrosa facilidad de expresión, logran transmitir de una forma fácil, agradable y divertida, mensajes absolutamente serios, importantes, prioritarios, contundentes y de muy alto impacto, tanto para cada individuo en su vida cotidiana como para los equipos de trabajo en el ambiente corporativo. Haber tenido la gran oportunidad de escucharla personalmente en múltiples ocasiones y con diversos auditorios, leerla en su muy exitoso libro “Felicidad a prueba de oficinas” y seguirla en sus diferentes publicaciones en redes sociales, es algo que me permite describirla como “una líder excepcional, que nos inspira a buscar la transformación desde el interior de cada ser humano”.
Javier Prada Rey, Gerente General Grünenthal, Andean Cluster
>> También le puede interesar:
¿Cómo regresar a la oficina sin dejar de ser feliz? Evitando que se nos fugue la energía por la misma rendija de siempre.
Un error que cometemos año tras año y que hace que la vida se sienta igual, es el de exprimir las vacaciones hasta el último minuto, llegar a la oficina afanados y ponernos de inmediato a trabajar. Trabajar es, quizás, lo único que no deberíamos hacer en los primeros días (o al menos en las primeras horas) después de las vacaciones.
La espiritualidad nos conecta con la esencia interior y está en la base de nuestra felicidad.
Cómo evitar distraerse, cuál debe ser la motivación adecuada, cómo estructurar un plan para lograr las metas: de estos y otros temas estuvimos conversando con Felipe Arias en Noticias RCN, en la emisión del 6 de marzo de 2018.
Cómo hacer listas de pendientes más efectivas. Curso para manejar el tiempo. App para el celular que repica cuando es hora de cambiar de tarea para mantener la atención. Aceleradores de ideas. Libros sobre productividad: este coctel puede volar la tapa del cerebro a cualquiera que se lo tome muy en serio.
De manera independiente a las convicciones religiosas (o a la ausencia de las mismas) en cada uno de nosotros, la Felicidad sí encuentra en la vida espiritual un componente determinante.
El sinónimo más hermoso de madurez es felicidad porque las personas maduras han entendido que lo normal es ser felices. Y la forma más sencilla de serlo y de fluir en la vida, a menudo consiste en estar sinceramente dispuesto a contribuir con lo inevitable. El ser humano maduro no rema nunca contra la corriente pero siempre encuentra el modo ingenioso de transformar su realidad y de mejorarla… sin consumirse en cruzadas insensatas.
El título real de este artículo debió ser “El Ego, el talón de Aquiles de los abogados grandes”, dado que la cuestión de base es la siguiente: antes que estar al día con las últimas reformas legales, los avances más recientes en la ciencia del liderazgo apuntan a que el atributo interno definitivo para liderar una firma de abogados es la humildad. Y ocurre que la humildad es un fenómeno relativamente exótico en nuestra profesión. Sí, humildad, que no consiste en tener una disposición incondicional a permitir que otros pasen por encima suyo, sino que, al contrario, se concreta en la virtud de conocerse; de saber cuáles son sus límites y de no necesitar ganar todos los casos, aparecer a diario en las noticias ni estar siempre en lo cierto para saber que usted es un abogado competente. La humildad, entendida como sencillez, puede ser el detonante de su éxito como líder -y de paso del de su oficina- porque le permitirá enfocarse en las cosas que son en realidad importantes.
“Vivimos en una época en la que rendimos culto a la productividad y la gente se siente orgullosa de estar dañando su salud por estar muy ocupada”: así comenzó esta conversación con la periodista Maru Lombardo, de El Tiempo, en la nota que los invito a leer en el siguiente enlace:
Si lo que menos tenemos es tiempo, ya no es tan cierto que “El tiempo es oro”: a juzgar por su escasez, las horas del adulto se cotizan por lo menos al precio del platino (o hasta del plutonio). La mayoría de nosotros se siente viviendo contra el reloj porque por lo general se pasa su vida trabajando. En ese estado actual de cosas el silogismo que rige la cotidianidad del humano en edad productiva hoy es simple: el 75% del tiempo que estamos despiertos lo invertimos en trabajar y las cosas que pasan en la oficina no se quedan allá sino que nos acompañan, como la sombra, hasta la casa (¡hasta la cama!); por lo tanto, vivir un infierno en el trabajo es prácticamente una garantía de vivir un infiernito personal.
Además de “sentirse culpable por todo”, ¿qué otro talento tiene usted? En este mundo, mientras unos tienen vocación de servicio, otros de investigación, etc., hay muchos que tienen (que tenemos) vocación de culpa. Comprendemos que sentirnos mal por el pasado es tan útil como llorar sobre la leche derramada pero insistimos en sentirla sin fijarnos en el lío adicional: la culpa, como las hamburguesas, suele venir en combo. En este caso con miedo y vergüenza. Y en combo agrandado, claro.
Hay días en los que uno tiene el ánimo tan abajo, tan en el suelo, que gustosamente se cambiaría por cualquiera.
Hija, como soy, de este sistema, tengo que admitir que en mi cabeza rondan todos los sueños del capitalismo de Adam Smith: me gustaría comprar una casa grande; tengo la suscripción a Vogue para soñar; por supuesto quiero el nuevo iPhone y claro que estaría encantada de pasar un fin de semana en el Ritz de París. La dinámica del bienestar capitalista es simple: usted da el dinero y a cambio se libera del pesar de tener lo mismo de siempre. “El encanto dura lo que dure el deseo. Y, cuando se desencante, tranquilo: le vendemos un sueño nuevo”. Impecable.
¿Qué tiene que ver la sugestión con nuestras posibilidades de éxito?