Pensemos, por ejemplo, en su realidad, que parece menos perfecta de lo que quisiera que fuera. Claro: aún no consigue eso que cree que le falta para ser feliz. Esa realidad incompleta, así como está, tiene también unas características muy particulares: menos ruido en la cabeza; menos líos; menos distracción (tranquilo: no le voy a decir que por eso su vida ya debería parecerle feliz. Tengo algo mucho más interesante que plantearle). La pregunta del millón, con todos esos espacios libres, es qué va a hacer con usted hoy: ¿va a creer que tiene un montón de tiempo libre para sufrir pensando en todo lo que le gustaría tener y no tiene (y preguntándose por qué -en su caso- no funciona eso del poder de la mente y de la ley de la atracción)? La otra posibilidad sería usar ese espacio en blanco para tomar decisiones importantes que todavía están pendientes. No crea que si su vida fuera distinta sería más feliz: un día va a entender que el tiempo lindo era este. Y más adelante también vendrán días lindos, por supuesto. Lo que quiero decir es que es muy triste que desperdicie estas horas; esta vida preciosísima que tiene ya mismo. Olvidemos por un momento el saldo en el banco, las medidas que le gustaría tener, la compañía que anhela a su lado y pensemos en usted, sólo en usted; en la persona que es; en sus habilidades emocionales de este momento: ¿no se siente, acaso, mejor ahora?, ¿no siente que hoy comprende muchas cosas mejor que hace un mes o incluso una semana? Este todavía puede ser un gran año si comenzamos a maravillarnos por las cosas realmente valiosas y dejamos de ser tan incrédulos con lo que merece algo más de confianza por parte de nosotros. La raíz de nuestra miseria está en que nos embelesan las fotos ajenas retocadas y no creemos que nuestra vida o nuestra celebración en casa está siendo suficientemente buena. Para que este merezca ser llamado “un gran año” usted no tiene que ser aceptado en ningún lado distinto a donde está ni aprender inglés (o cualquiera que sea su propósito eterno de año nuevo): en realidad sólo tiene que “resintonizarse” con lo importante. Declare que nadie le debe nada (no hay tal cosa como “años desperdiciados” ni “disculpas pendientes”: sentir que le deben eso es una fuga espeluznante de energía). Suelte el afán de controlar y de querer llegar a algún lado en particular y note cómo su mundo sí gira al derecho. Mejor dicho: este puede ser un gran año si, básicamente, usted resuelve ya mismo que sí lo es (porque sí lo es. Admítalo o no, sí-lo-es). __________________ Columna publicada en el periódico “Centro”. Puebla, México, el 29 de diciembre de 2016. Enlace a la publicación del periódico haciendo click aquí: 17o lingote de felicidad de Sylvia Ramírez Por: Sylvia Ramírez Rueda Conferenciante internacional de Felicidad y Personal Branding Coach Ejecutivo – Coach Personal ¡Sigamos en contacto! En Facebook: “Sylvia Ramírez Coaching e Imagen” En Twitter e Instagram: @SylviaRcoaching Suscríbete al canal de YouTube: Sylvia Ramírez coach