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Jueves, 17 Septiembre 2015 14:42

No hay que confundir una personalidad arrolladora con una gran Marca Personal

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No hay que confundir una personalidad arrolladora con una gran Marca Personal No hay que confundir una personalidad arrolladora con una gran Marca Personal

Era domingo, 5:00p.m., y estábamos en la terraza de un bar en Bogotá. Luis Carlos, que estaba explicando a un par de amigos suyos a qué es que me dedico, me sorprendió con otra de las frases lapidarias con que suele concluir las ideas importantes. Esta vez hizo una exposición impecable sobre el Branding Personal y su utilidad y terminó diciendo:

“Tener una personalidad arrolladora no es lo mismo que tener una Marca Personal”.

Yo no podría estar más de acuerdo con esta conclusión: en todas partes encontramos personas a las cuales recordar por un rasgo característico de su personalidad. Pensemos, por ejemplo, en esos que llamamos “el alma de la fiesta”: todos recordamos a ese personaje por haber animado la noche con sus comentarios; acaso con su forma de bailar. Y eso, sin embargo, no implica haber hecho una labor de Personal Branding, en el sentido extenso del término.

Una personalidad arrolladora no se puede confundir con unaMarca Personal por tres razones, fundamentalmente: (i) la Marca Personal es un concepto muy complejo (en el sentido de que tiene múltiples dimensiones), dentro del cual la puesta en escena es sólo una parte; (ii) hay Marcas que pertenecen a personas decididamente discretas o congénitamente introvertidas y son altamente exitosas y (iii) el elemento que determina la elegibilidad de una Marca Personal no es lo “altisonante” que sea su titular, sino la credibilidad que inspire. Punto.

A la hora de configurar tu Marca hay que atender, ciertamente, a los rasgos propios de tu personalidad (que son los que imprimen carácter al conjunto y definen muchos aspectos de tu reputación), pero hay que hacer una labor bastante más compleja y concienzuda sobre los valores que van a direccionarcualquier esfuerzo comunicativo que hagas. El cerebro humano se puede impactar de muchas formas. En cuanto a la forma de ser se refiere, si de impresionar se trata, no existe una única vía válida.

¿Qué te inspira?, ¿a dónde quieres llegar?, ¿a qué le temes?, ¿hasta dónde estás dispuesto a llegar por conseguir lo que quieres?

El ejercicio de contestar sinceramente estas preguntas es lo que creará esa magia transpersonal para tu Marca.Pero hazlo; no basta con contestar en la cabeza mientras pasas los ojos sobre estas líneas. Pasas tiempo precioso husmeando en las redes sociales y revisando los periódicos: así, con la misma curiosidad, mira un ratico para adentro. Y todavía mejor: escribe las respuestas.

¿Y qué hago con lo que conteste? Obviamente no le voy a decir a mi cliente que lo que me inspira es la vida de Lady Gaga”. No, claro que no. Estas respuestas son para comentarlas sólo con tu coach de Marca Personal. Lo que sí te garantizo es que, en adelante, cuando te relaciones con otros, vas a perdurar en la memoria como alguien por lo menos 100% más confiable de lo que te has mostrado hasta hoy: al tener esas respuestas claras y disponibles en tu cabeza te evitas titubeos.

Si no titubeas, inspiras confianza.

Si inspiras confianza vas a ser el favorito y, con algo más de trabajo en tu Marca, serás el elegido. NO te mates la cabeza buscando modelos de rol con personalidades ruidosas para imitar: al contrario, persevera en la tuya y ajusta el reflector para que amplifique tus verdaderas fortalezas ante tu público.

Ojalá tengas cerca a alguien en cuyo parecer confíes para que te ayude a validar con argumentos las impresiones que tienes sobre ti mismo. Pero, ojo, que no todo lo que recibes de tu entorno puede ser técnicamente considerado como feedback.

(Suena cruel y, sin embargo, alguien tiene que decirlo: no todos los puntos de vista de todas las personas deben gozar del mismo valor -en términos cualitativos- cuando se trata de tu Marca Personal. Hay que tener a alguien con criterio cerca para minimizar –ya que no se pueden evitar– las salidas en falso. Yo tengo la fortuna de contar con la retroalimentación sincera y constante de Luis Carlos, a quien admiro decididamente: además de ser un artista fuera de serie y director de arte de una revista muy importante, es un interlocutor tremendamente propositivo frente a los temas sobre los que investigo y me ha librado de aceptar propuestas comerciales que habrían dado un giro inconveniente a mi Marca, en la que sigo trabajando. Una vez más: hay que tener a alguien con criterio cerca).

Y mantén tu ritmo, que en lo genuino está el encanto. Sobre todo ahí.

Visto 5195 veces Modificado por última vez en Martes, 10 Diciembre 2019 22:03

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