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Jueves, 17 Septiembre 2015 14:41

La Marca Personal y la Felicidad

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La Marca Personal y la Felicidad La Marca Personal y la Felicidad

El pasado viernes tuve el gran placer de conversar por una hora con el periódico El Colombiano, de Medellín, sobre la Felicidad y la Marca Personal en vivo vía Twitter. En desarrollo de la entrevista otros participantes hicieron preguntas muy interesantes. Algunas recibieron respuesta junto con las preguntas del periódico pero hubo otras que no alcancé a contestar (era “mucho voltaje para un solo café”, ¿recuerdan?). Prometí una publicación en el blog y aquí van las respuestas pendientes:

@heliodorolondon: ¿Todos requerimos una Marca Personal?

 

La Marca Personal no es un requerimiento sino la consecuencia de estar vivo e interactuar con otras personas. Dado que “no podemos no comunicar” (presupuesto central de la Programación Neurolingüística), cada uno de nosotros cuenta con su Marca Personal en este momento. Teniendo en cuenta ese panorama, lo que aconsejo es hacer un ejercicio consciente de configuración de la Marca ya que si no escoges lo que quieres comunicar (con tu cuerpo, con tus palabras, con tu imagen física), los demás le van a dar un contenido “por defecto” (como cuando el computador dice que escoge un programa “by default”, tal cual)… Y puedes perder muchas oportunidades personales y profesionales.

@heliodorolondon: ¿Ejemplos de Marcas Personales?

Esta es de mis preguntas favoritas porque sirve para explicar el grandísimo alcance cotidiano del concepto: ¡estamos rodeados de Marcas Personales! Unas enganchadoras, otras deficientes, planas…

Como es apenas natural acudimos a los lugares comunes para que sea fácil explicar algunos patrones exitosos de notoriedad pública, así que hablamos de sujetos que la mayoría conoce, como ocurre con Barack Obama o Steve Jobs. Sin embargo hay que tener en cuenta dos cosas muy importantes: (i) tener una personalidad arrolladora no es sinónimo de tener una gran Marca Personal (te enlazo un artículo con las razones por las cuales no lo es –click aquí) y (ii) que un personaje sea público no necesariamente lo convierte en referencia de Marca Personalporque lo que hay tras de éste es, generalmente, una estrategia de marketing. En realidad sólo los amigos íntimos de Barack Obama podrían hablarnos con certeza de su Marca Personal, por ejemplo.

Pensemos, en cambio, en esas personas que tienen nuestra confianza, a las que siempre acudimos en busca de lo que ofrecen y que, generalmente, no nos atrevemos a cambiar cuando damos con una que nos hace sentir tranquilos: el abogado, el odontólogo, el panadero, el peluquero…

Si miras con atención, en las ocupaciones anteriores, el panadero ofrece un producto independiente de él: el pan, ¿cierto? En este caso esa Marca Personal (que es distinta de la que tiene la panadería) hace que el señor sea tu favorito porque confías en que él escoge ingredientes de calidad para hornear; por su higiene personal coliges que su local está siempre limpio; no te ha mentido sobre la frescura del pan, etc.

El panadero no tiene que darte un discurso sobre los aspectos buenos de lo que hace o de cómo lo hace: la coherencia en su actividad lo refleja y te lleva a creer en él. Lo dicho demuestra que la Marca Personal no busca ofrecerte a ti como producto sino ayudarte a promover lo que haces inspirando confianza, credibilidad. Por eso comenzamos diciendo que hay buenas Marcas Personales por todas partes; las elegimos todo el tiempo.

@D_nielMontojah: “Si me permite, ¿cómo mezcla el discurso de la felicidad a través del ser y el personal branding? ¿No es contradictorio?”

Excelente pregunta. Para esta respuesta es fundamental entender que la configuración de la Marca Personal se aparta casi en todo de las estrategias de complacencia segmentarizada en las que se basan las campañas de marketing. Claro: hay elementos de altísima utilidad, como las herramientas de comunicación efectiva que da el Neuromarketing, por ejemplo. Sin embargo el diseño de la marca funciona con una lógica exactamente inversa a la del mercadeo de bienes y servicios: en lugar de mirar hacia afuera para ver qué quiere el consumidor y dárselo, comienza mirando hacia adentro para ver quién soy, qué tengo más fuerte, en qué soy más débil, qué se me facilita más y se paga mejor, etc., y, luego sí, mirando hacia afuera, establece a quién le puede interesar lo que tengo para, finalmente, direccionar mi esfuerzo comunicativo hacia ese nicho.

Esta dinámica que va de lo interior a lo externo explica que sea más acertado contratar a un filósofo, a un coach o a un psicólogo para que acompañe la labor de branding personal que a un mercadotecnista y, en ese orden de ideas, el discurso de la Felicidad aparece prácticamente de inmediato: en el 100% de los casos que he acompañado en mi oficina las personas buscan tener mejores relaciones interpersonales y han decidido invertir energía, tiempo y dinero para influenciar en su reputación y hacerse más notables, deseables, “consultables” y elegibles que otras personas de su mismo nivel y condición (en este punto debo decir que nadie me ha pedido nunca que le asesore para pasar inadvertido, para ser despedido de su trabajo o para dejar de tener buenas relaciones amorosas).

Pues, bien, la Felicidad, como ingrediente básico del estilo de vida, es un capítulo inevitable para construir una identidad visual, profesional y personal sostenible en el tiempo. Si llevas ropa de la última colección, tienes modales impecables, conoces el tema a profundidad pero te sientes miserable y derrotado o no estás seguro de ti mismo, tu interlocutor lo notará de inmediato y querrá salir corriendo a los brazos (o a la oficina) de otra persona que, en cambio, sí irradie (adivina qué): Felicidad.

Para despedirme conviene anotar que ser feliz no implica vivir loco de la dicha, en éxtasis permanente y con una sonrisa incondicional en los labios. Esas cosas sólo pasan en el mundo triste de la química y la farmacología. Las personas más felices que conozco lo son porque sienten que tienen las riendas de su vida; porque lidian de frente con las circunstancias difíciles; porque saben que a veces está bien estar triste o tener miedo; porque no quieren ser perfectas sino excelentes, etcétera, pero esa ya es harina de otro costal y será objeto de muchas publicaciones futuras porque el tema es tremendamente apasionante y hay mucho que decir.

Finalmente quiero agradecer enérgicamente a todos los que me acompañaron durante la entrevista, especialmente a mi entrañable @trinotuta; a @heliodorolondon y @d_nielMontojah por sus valiosas preguntas; a @felipe9k, por su generoso entusiasmo con mi proyecto; a @facabe522 por sus bonitos comentarios y, cómo no, a@elcolombiano, que me dio esta valiosísima oportunidad de compartir mi actividad con sus miles de lectores.

La entrevista completa con El Colombiano se encuentra en este link:http://www.elcolombiano.com/BancoConocimiento/E/el_exito_visto_desde_la_felicidad/el_exito_visto_desde_la_felicidad.asp

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